Las amantes rebeldes / Javier Ramírez

Desde el latido y el impulso de la sangre y los sentidos, Rosalba va descifrando, a través de su obra plástica, sus dramas y enigmas personales que a final de cuentas son, también, la suma de ¿cientos, miles? De vidas domesticadas.

Las colografías, óleos, carboncillos y litografías son los medios que le permiten hacer visible la ironía, el desencanto, la frustración, la rabia y la esperanza en la liberación de un destino impuesto por las convenciones sociales que privilegian el parecer y menosprecian el ser.

Si bien la artista se vale de algunos elementos simbólicos para dejar constancia, en cada una de las piezas, de lo que no –y sí- desea para ella misma ni para otras mujeres, su obra no es anecdótica ni ilustra hechos que se deban leer literalmente.

Lo valioso de la reciente propuesta de Rosalba es que parte de un ejercicio plástico que tiene sus bases, primero en sus cualidades y habilidades innatas; segundo, en la disciplina a la que se ha sometido para hacerse de un dominio técnico, y tercero, es su firme voluntad de seguir y asumir la vocación que sin equívocos se le ha revelado.

El mundo de lo femenino habita en sus cuadros: la reina del hogar, la soñadora, la que anhela, la que duda; la que sufre; la que se enfurece y la que huye. La diversidad de maneras en que utiliza las técnicas elegidas, muestra la conciencia que ha adquirido para plantearse como expresar plásticamente determinada idea o tema; sin embargo, se percibe que la autora no se ciñe estrictamente a la formalidad técnica, y atiende en buena medida a la voz interna que le guía la cabeza, corazón y mano.

Observe, también, como el tratamiento plástico le permite ironizar y dotar de sentido a cada conjunto de obra. Por ejemplo, los grandes retratos coloridos y los elaborados con carboncillo muestran a una habilidosa retratista de enérgico trazo, que imprime una carga emocional a cada rostro y mirada; y las figuras de cuerpo completo en tonos grises, representan situaciones sombrías, apenas alteradas por algún elemento en rojo. El grupo de pequeños cuadros de exaltados colores, en los que se aprecian platos con alimentos, significa lo decorativo, lo aparente, lo que carece de sustancia a fuerza de ser siempre lo mismo.

En resumen la obra plástica es un llamado a la reflexión desde una categoría estética, que se sostiene por el afortunado uso de los elementos formales, y, precisamente por ello, una obra abierta a diversas lecturas.


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